Muchas veces se cuestiona si la calidad técnica tanto en el fútbol como en otros ámbitos se nace o se hace. Jugadores como Cristiano Ronaldo, demuestran que con trabajo se puede llegar a donde uno quiera. Sin embargo, los protagonistas de esta pieza, muestran que, claramente, existen cualidades innatas y hasta genéticas en esto del fútbol.
El caso más reciente y sorprendente es el de los Maldini, un apellido que ha dado tres generaciones de futbolistas milanistas. Cesare disputó 12 de las 14 temporadas de su carrera vistiendo los colores rossoneri, de 1954 a 1966, para más tarde volver como entrenador en 1972.
Casi veinte años más tarde, su hijo, Paolo, recogería el testigo cuando en 1985 se vestía por primera vez como profesional de rojo y negro, agrandando aún más el apellido Maldini y defendiendo casi 25 años los colores del club. 648 partidos más tarde, terminaría retirandose, ya en 2009.
El último Maldini de la saga, Daniel, debutó el pasado 2 de febrero, a sus 18 años, en el partido del Milan contra el Hellas Verona, entrando como suplente en San Siro. De esa manera completa una fantástica historia de tres generaciones defendiendo los mismos colores de una camiseta.